Función W(t)
Hoy podría definir la función de Dirichlet, pero la que sigue es mucho más importante:
hoy podría deciros que todavía estoy de exámenes y que si queréis comer hay por ahí muchas opciones, pero como quiero que con la lectura de esta bitácora aprendáis algo: hoy preparamos revuelto cerdo.
Apuntaros antes de empezar que en contra de lo que siempre había pensado, esta receta no me la enseñó la madre de C, ya que él insiste en que en su casa nuca ha habido nada parecido. Así que supongo que inconscientemente es invención mía. El nombre se lo debemos al que hasta este mes ha sido mi compañero de piso (mandad un saludo para él que se nos va de la madriguera)
Los ingredientes son tantos cuantos vuestra imaginación abarque. Serán básicos por persona un par de huevos, una cucharada de aceite y un par de latas de atún. Podéis añadir además tantas cuantas cosas queráis. No os cortéis, hay pocas cosas en la cocina que exploten al mezclarlas. Como sugerencia, queda bien con champiñones, cebolla, ajo, mostaza o queso (cualquier variedad se adapta) Como veis es una receta que vendrá bien en cualquier piso de estudiantes que se precie de ahorrar en la lista de la compra.
El proceso es sencillo, se pone a freír en la cucharada de aceite el atún acompañado de lo que hemos rapiñado por los estantes más cercanos (salvo la mostaza u otras salsas que serán añadidas una vez que lo tengamos todo en el plato). Una vez frito se añade sal al gusto. Finalmente se cascan el par de huevos sobre la sartén y se remueve intensamente de forma que no cuajen pegotes de huevo sino pequeños pedazos entre el resto de cosas.
Todo al plato y buen provecho. Como veis una receta ideal para: vagos, estudiantes, un apuro, el día que olvidas ir a la compra o cualquier combinación de los anteriores.
Hoy podría hablar quejarme de lo mucho que me falta para las "vacaciones" (ya habrá algún cálculo que me impida llamarlas así) pero como dejar el doblete de los exámenes a medias está un poco feo pues me toca terminarlo.
Lo bueno de las notas es que tengas el número que tengas siempre te toca algo: o el gordo o el reintegro. En mi caso suelo tener que rellenar la hoja de apuestas al menos un par de convocatorias para que me toque el cinco raspado. Lo normal es que me acerque al tablón y me vuelva como llegue pero con una convocatoria menos. No pasa nada, intento ser extrapunitivo así que induzco que las desgracias siempre nos tocan a los más atractivos. Algunas veces si me he acercado al cinco me acojo a que regateando bien en la revisión todavía puedo sacar algo en claro.
El día de la revisión bajo al aula de turno. Al parecer los criterios estéticos de la asignatura no son muy exigentes y somos muchos los guapos con los que prodigar suspensos. Como la cosa va para largo empiezo a pensar en la estrategia del tira y afloja: en qué ejercicio puedo pedir alguna décima tonta, a qué profesor le he ido a tutorías y ahora puedo explotar el compadreo. Finalmente me doy cuenta que es fácil que no permitan subir nada en los ejercicios si no hay motivos reales y sobre todo, no nos engañemos, de que yo por tutorías casi ni aparezco. Así que me queda el dar pena. Negocio con los que me rodean:
-Oye si alguien esta cerca del cinco no podemos entrar a la vez o les va a dar la impresión de que están aprobando a demasiados. Mejor dejamos entre uno y otro un par de turnos.
Bien bien todo está planeado: con quienes entro, que diré, que necesito para aprobar justito. Pero nada, tierra quemada: por tal desarrollo si no se llega a resultado no dan nada; como además llevaba la HP ni una décima por haber puesto las fórmulas necesarias. Al final y con todos los recursos agotados me resigno. Hay asignaturas con las que desde luego me duele la cara de ser tan guapo.
Hoy podría hablaros de lo importante que es el calentamiento antes de hacer ejercicio, sin embargo, voy a escribir la primera parte del doblete: "exámenes: antes y después".
Se nota en reprografía, se acerca tal examen y las fotocopias al respecto se multiplican. Ahí voy yo dispuesto a comprar todo lo que haya.Y Y ya que voy a ir a la fotocopiadora le pido a no sé quien sus resúmenes. ¡Coño! que además alguien tiene ejercicios extra, pues al zurrón, que no está bien escatimar a la hora de preparar una asignatura.
De acuerdo queda un día menos, pero ya lo tengo todo y en orden Que me ha costado lo mío que en los apuntes impere una lógica cartesiana. Así que me encuentro con que lo llevo todo, literalmente, llevo a cuestas todo lo que he acaparado allá donde vaya, no sea que me envicie estudiando y me quede sin nada. En este punto es cuando toca empezar a descartar; no necesito tener acabada la ingeniería para saber que o dejo de dormir del todo o no me da tiempo ni de juerga a estudiarme semejante cantidad de cosas. Los primeros en caer siempre son los ejercicios extra (¿para que carajo los fotocopio insistentemente?) que se van vírgenes a la caja con los textos curiosos que dejaron a mitad de cuatrimestre (ídem) y un par de ejercicios tipo que no caen desde mil novecie...el siglo pasado, vaya. Tras esta primera criba personal toca la encuesta general:
-Oye, tú que la has llevado al día/ la tuviste el año pasado y la controlas ¿por qué no me dices que es lo que puedo descartar?.
En esas he perdido otro día, pero no importa, porque ahora sé que con lo que he reducido el temario me sobra tiempo.
Por fin empieza el empolle propiamente dicho. Me pongo todo afanoso: práctica va práctica viene. Duda puntual y sigo. ¿dónde me he dejado la hoja de fórmula? Pero de repente, salta la liebre, pega un brinco y recorre la sala de estudio como un correcaminos: Fulanito tiene todas las prácticas con sus soluciones en la HP (la calculadora más chachi que te peinas del mundo) y menganito ha añadido al archivo todas las fórmulas. Empieza el baile de infrarrojos y tarjetas SD. Es como el mogollón de las rebajas pero sabes que vas a pillar cacho. Aunque, eso sí, creo que es un error ir al examen con el formulario de otro. Es como si te la sujetan al mear, resulta cómodo, pero limita mucho tú libertad.
Iterando el párrafo anterior durante el número suficiente de días concluye la preparación del examen. Ronda de preguntas: ¿qué hacen los de letras en vez de enredar con la HP? ¿Por qué siempre hay alguien que pasa todos los apuntes a la calculadora? ¿por qué nos pasan cosas malas a la gente buena y encima me cargan con un 4.6?
Hoy podría volver a dar la chapa teórica, pero visto el éxito obtenido mejor pongo dibujos ya.